
Imaginar presentarme me resulta raro, sobre todo por el término “biográfico”. Considero que soy bastante clásico y la biografía viene de la antigüedad clásica, supongo que eso me convenció, con la diferencia que no pretendo moralizar mis años de vida.Cuando decidí escribir solo hice eso, empecé a escribir. La lectura, la curiosidad y la necesidad de expresión fueron y son hoy la pulsión, no lo sé más adelante. Recuerdo que lo primero que era escribía una especie de sinsentido, desbocado.
Probablemente harán más de 10 años cuando inicié un primer escrito, un ejercicio que llamaban “vómito matutino”, una especie de vacío existencialista para limpiar la basura mental antes de arrancar el día, ya estaba en la búsqueda de lo que hoy sé es mi propia voz.
En ese entonces no lo tomé muy enserio, cuando llegó el momento de enfrentar una tesis de Licenciatura despertó esa idea, esa fantasía de escribir, quizá porque pude ver cierta facilidad en la redacción. Después, migrar, ¿qué tema, no? Bueno, me gustaría mantenerme reservada la idea de que migrar es un hecho lacerante, en mi caso lo fue.
El mayor agente fué y es la reincorporación social, ser, de nuevo, amigo, vecino, compañero de trabajo, amante, etc. Atravesar ese desafío chocó con una interrogante ¿Quién soy?.
Argentina, un país que respira análisis, me cogió por sorpresa y en un santiamén estoy en un bondi, atrapado en el tráfico, con lluvía incesante, espejos empañados y charlo a voz alta y sin pudor sobre mi sesión, y me veo ahí, me reconozco. Por suerte me encontré con la terapia, mi vida está cambiando, y es así como retomo el valiente trabajo de escribir.
No es hasta que un amigo, académico de la comunicación social, escritor y especial critico de los guiones de series OnDemand sugirió de modo imperativo -publica tus escritos, cuelgalos en internet, no importa quien los lea, llenalos de libertad- y fue así que me atreví y publiqué. Desde ese entonces articulo los enredos, (des)aciertos y singularidades de la vida con la escritura, la arcilla y satisfago la necesidad de expresión.
En mi trabajo expeditivo moldeo objetos clave de los cuentos que escribo, de las reflexiones que dan cuenta de mi vida, de lo que veo, contemplo y siento a mi alrededor.